20 d’octubre, 2009

Celebrating Buika


Concha Buika, una voz única (foto: Bernardo Doral).


Hoy sale a la venta por fin El último trago, el disco que Concha Buika cocinó esta pasada primavera en La Habana con Chucho Valdés y su cuarteto. Fue en los estudios Abdala, en el barrio de Miramar, y fue, para quien tuvo la suerte de estar allí, una suerte de epifanía única. La alquimia salvaje entre el repertorio de Chavela Vargas, la voz de Buika y los arreglos de Chucho Valdés tenía por fuerza que dar algo grande.


Y, al parecer, así ha sido. Dos de los críticos más influyentes del mundo han marcado el tono este pasado domingo de lo que puede suceder con esta maravilla discográfica.

Clive Davis, en The Times, empieza su breve reseña con una pregunta retórica (en el buen sentido del término): «¿Hay acaso una voz más poderosa en toda la música popular?» Toma ya. Para Davis (que ya ha confirmado su asistencia al concierto del día 5 en el Palau), El último trago es «una obra maravillosamente matizada».

Más entusiasta es todavía Ben Ratliff, crítico de The New York Times. Ratliff inicia su reseña afirmando que El último trago es «un disco conceptual que trasciende su concepto» y compara la voz «ronca e imperial» de Buika con la de Nina Simone, aunque considera la de la cantante mallorquina «más flexible y virtuosa». Ratliff se maravilla asimismo de que la grabación fuera tan corta, «teniendo en cuenta cuán profundamente se han reorientado las canciones de Chavela Vargas».  Para terminar, una frase demoledora: «El canto de Buika puede llegar a ser tan inflamado que, aun a pesar de lo bueno que es, a veces tienes la tentación de detener el disco para tomarte un respiro».

Ahí queda eso.